Informe sobre el crédito al sector privado en Argentina
En septiembre de 2024, el informe del BCRA destaca una recuperación en la demanda de crédito al sector privado, impulsada por una estabilización relativa de los precios, aunque estos continúan siendo altos (entre 3,5% y 4%). Esta estabilización tiene efectos positivos en la actividad económica, pero no es suficiente para sostener un crecimiento dinámico. La hipótesis central es que, sin un aumento consistente en el nivel de actividad, será difícil generar consenso en torno al programa económico, lo que podría poner en riesgo el empleo y los ingresos, dejando la demanda vulnerable a posibles conflictos.
El Gobierno sostiene que en 2024 se observan indicadores de recuperación, aunque omite el ajuste devaluatorio de diciembre de 2023 y la recesión que comenzó en julio del mismo año, complicados por la falta de divisas y el contexto electoral. Aunque el crecimiento del crédito al sector privado se presenta como un signo positivo, su evolución ha sido limitada desde la crisis de 2018. Entre enero y agosto de 2023, el valor real de la base monetaria disminuyó significativamente, afectado por la crisis cambiaria y la sequía, lo que resultó en una desmonetización. Esta tendencia se intensificó hacia diciembre de 2023, y en octubre de 2024, la monetización sigue por debajo de los niveles previos a la pandemia.
Índice valor real de la Base Monetaria
Fuente: Banco Central de la República Argentina.
A pesar de la recuperación del crédito, este se mantiene un 37% por debajo del promedio de los dos mandatos de Cristina Kirchner. La contracción monetaria es parte de la estrategia del Gobierno de estabilización cambiaria, necesaria para controlar la indexación y modificar los precios relativos. Para ampliar el crédito, se propone liberar fondos de títulos públicos no renovados al vencimiento y utilizar recursos que el Tesoro tiene en la Cuenta del BCRA para satisfacer la demanda de crédito.
El Gobierno indica que una de las condiciones para eliminar los controles de cambio es liberar los pesos excedentarios de la cuenta del Tesoro y de los colocados en LEFIs, buscando que la demanda de dinero se ajuste a la cantidad de dinero existente al 27 de abril, que asciende a aproximadamente $48 billones. Actualmente, la base monetaria es de casi $24 billones. Un aumento notable de la deuda pública registrado hasta agosto es el equivalente a USD 13.000 millones en LECAPs (nominadas en pesos), que capitalizan al vencimiento y son mantenidas por bancos y sus FCI.
Eventualmente, en ese contexto, la oferta y la demanda de dinero podrían coincidir, evitando stocks excedentes que amenacen el tipo de cambio de convergencia. Sin embargo, la viabilidad de esta estrategia—duplicar la base monetaria mediante el crédito—es cuestionable. En el extremo, el crédito privado total debería aumentar desde los actuales 6 puntos del PBI a alrededor de 10 puntos, lo que requiere una liberación en el mercado de cambios.
Crédito al sector privado en % del PBI
Fuente: Banco Central de la República Argentina.
En cuanto a la oferta de crédito, hay una competencia significativa entre los bancos, con variaciones notables en las tasas. Para los clientes medianos que no negocian, la tasa es del 30-32% mientras que, para operaciones superiores a 200 millones, alcanza el 42% anual. Esto, junto con impuestos y spreads bancarios, hace que el endeudamiento sea poco atractivo.
El sector agrícola enfrenta una falta de rentabilidad debido a la caída de los precios de los commodities y el aumento de los costos de combustible y tecnología. En el comercio, las bajas ventas y el encarecimiento de los servicios limitan el interés en endeudarse. A pesar de la liquidez bancaria, la oferta de créditos no coincide con las necesidades del sector privado, que prefiere financiamiento indirecto a través de proveedores.
En construcción y electrodomésticos, algunos comercios han acordado vender a 12 cuotas sin interés, con un costo compartido entre el banco y el comerciante. Sin embargo, la cautela del sector privado al endeudarse es notable, con algunas operaciones de refinanciamiento de créditos previos a tasas del 80-90%.
La demanda de créditos en dólares es escasa, ya que los precios de productos, salvo los commodities, son elevados en esta moneda. Esto lleva a un mayor interés en líneas en pesos. Las cerealeras y grandes cooperativas, que financian a productores no bancarizados, enfrentan dificultades de liquidez debido a sequías y campañas deficientes, lo que podría complicar la situación de pequeños y medianos productores.
En conclusión, a pesar de la considerable oferta de crédito y el desendeudamiento previo del sector privado, el interés en tomar préstamos sigue siendo limitado. Las condiciones económicas actuales, junto con la incertidumbre sobre el futuro, restringen la capacidad de endeudamiento de empresas y consumidores. Esta situación requerirá atención y medidas efectivas por parte de las autoridades para fomentar un entorno más propicio para el crédito y, en consecuencia, para la reactivación económica.