

CRIA: Coeficiente de Reproducción e Ingresos en Argentina

Fuente: elaborado por Fundación Encuentro, en base a EPH y Canasta de Crianza (INDEC).
El Coeficiente de Reproducción e Ingresos en Argentina (CRIA) mide cuánto del ingreso disponible representa el costo mensual de criar a un/a bebé de hasta un año. Al relacionar la canasta de crianza con los ingresos efectivos de la población, el indicador permite observar en qué condiciones materiales se sostiene hoy la reproducción social en el país.
Más que un dato económico, el CRIA funciona como una medida estructural del esfuerzo que implica tener y criar hijos/as en un contexto de desigualdad y pérdida de ingresos reales.
Tras su primera publicación, correspondiente al primer trimestre de 2025, esta segunda entrega actualiza los resultados del indicador y muestra cómo se distribuye el costo relativo de la crianza entre distintos grupos sociales, por género, nivel de ingresos y tipo de hogar. De acuerdo a los datos del segundo trimestre:
En junio, criar a un/a bebé de menos de un año costó 0,47 ingresos medios.
Para el ingreso promedio de las mujeres, esta proporción fue de 0,56 mientras que para los varones fue de 0,40.
Para el 10% más pobre de la sociedad, hicieron falta 3,35 ingresos medios para sostener y cuidar a un/a bebé.
En cambio, para el 10% de mayores ingresos, este coeficiente ascendió a apenas 0,14.
La relación entre crianza e ingresos entre los más pobres equivale a 24 veces la misma relación entre los más ricos.
Para una pareja heterosexual, hicieron falta 0,23 ingresos medios totales para criar un bebé. Esto equivale 2,4 veces misma relación para una familia monomarental.
Introducción
El Coeficiente de Reproducción e Ingresos en Argentina (CRIA) mide cuánto del ingreso mensual de una persona representa el costo de tener a un/a bebé. Es una herramienta que permite observar, de manera periódica, en qué condiciones materiales se sostiene hoy la crianza en el país, y cómo varía ese esfuerzo económico según los ingresos, el género o el tipo de hogar.
En el segundo trimestre de 2025, el CRIA fue de 0,47, lo que equivale a decir que criar a un/a bebé demandó, en promedio, casi la mitad del ingreso mensual individual disponible.
Detrás de este valor hay un dato clave: la Canasta de Crianza, base del indicador, viene aumentando por debajo del nivel general de precios. Esto ocurre porque su estructura combina dos componentes: los bienes y servicios —que siguen la evolución de la Canasta Básica Total— y los cuidados, calculados según el salario horario del trabajo en casas particulares.
Como las trabajadoras de casas particulares casi no tuvieron aumentos paritarios en lo que va del año, el costo de los cuidados para un/a niño/a menor de un año se mantuvo exactamente igual que en marzo ($284.788). Esa falta de actualización explica por qué el costo total de la canasta crece lentamente, incluso en un contexto de inflación sostenida.
Sobre esta base, se presentan los principales resultados desagregados por sexo, ingresos, y tipo de familia.
El CRIA en acción: diversidad y desigualdad ante la reproducción y la crianza
Más allá del promedio general, el CRIA permite observar cómo varía el esfuerzo económico de criar según sexo, nivel de ingresos, composición familiar y edad de los niños, entre otras posibles variables relevantes. Estas diferencias no sólo reflejan desigualdades preexistentes en la distribución de los recursos, sino que también muestran cómo esas brechas inciden en la posibilidad real de iniciar y sostener una crianza.
Sexo
En el segundo trimestre de 2025, criar a un bebé de menos de un año representó el 56,4 % del ingreso medio de las mujeres y el 39,8 % del ingreso medio de los varones. Es decir que, por cada peso que ganaron, las mujeres destinaron casi 60 centavos a criar, mientras que los varones destinaron 40.
CRIA según sexo, por trimestre (1er T 2020 a 2do T2025)

Fuente: elaborado por Fundación Encuentro, en base a EPH y Canasta de Crianza (INDEC).
Esta brecha es persistente a lo largo del tiempo y se explica por la desigualdad de ingresos entre varones y mujeres. En otras palabras, la diferencia no está en el costo de la canasta —que es el mismo para todos—, sino en los ingresos: los varones ganan más y, por lo tanto, la crianza ocupa un espacio menor en su presupuesto. Cuando los ingresos son más bajos, el peso de la crianza aumenta y por eso la brecha entre mujeres y varones se ensancha. Por este motivo, entre el 4to trimestre de 2023 y el 2do trimestre de 2024, las brechas de género en el CRIA fueron mayores.
Deciles de ingreso
En el 10 % más pobre de la población —el primer decil—, criar a un bebé de menos de un año exige 3,35 ingresos medios de ese grupo. Es decir, más de tres veces lo que una persona promedio de ese decil gana en un mes.
CRIA según decil de ingresos (2do T2025)

Fuente: elaborado por Fundación Encuentro, en base a EPH y Canasta de Crianza (INDEC).
Esto se debe a que –dado que el CRIA es un cociente– cuanto menor es el ingreso, mayor es el esfuerzo económico para criar, y esa distancia entre extremos refleja desigualdades estructurales que condicionan la decisión misma de tener hijos.
A medida que se sube en la escala de ingresos, el peso de la crianza se reduce: baja a 1,5 ingresos en el decil 2, a 1,2 en el decil 3 y se iguala al ingreso mensual en el decil 4. A partir del decil 5, el costo relativo queda por debajo de 1 y en los tramos más altos, la brecha se vuelve más marcada: 0,4 en el decil 8, 0,3 en el 9 y apenas 0,1 en el 10 % más rico. Esto significa que la relación entre crianza e ingresos equivale a 24 veces la misma relación en los ingresos de los hogares más pobres que en los más ricos, en una dinámica que, si bien muestra un perfil de “serrucho”, que sube y baja, se está mostrando consistentemente por encima de 20 a lo largo del último año.
Evolución de la desigualdad ante la crianza (1er T 2020 a 2do T2025)

Fuente: elaborado por Fundación Encuentro, en base a EPH y Canasta de Crianza (INDEC).
Por sexo, las diferencias dentro de cada decil son en general pequeñas, salvo en el primero. Allí, el CRIA de las mujeres es levemente menor porque los pocos varones presentes tienen ingresos aún más bajos que ellas, que representan casi el 70% de este grupo.
CRIA por sexo y decil de ingresos

Fuente: elaborado por Fundación Encuentro, en base a EPH y Canasta de Crianza (INDEC).
Tipo de familia
El CRIA también revela diferencias significativas según la composición familiar, que inciden directamente en el peso económico de la crianza. En el segundo trimestre de 2025, los hogares monomarentales encabezados por mujeres enfrentaron la carga relativa más alta: criar a un bebé demandó el 56,4% del ingreso medio disponible de las mujeres, más del doble que en hogares con pareja varón-mujer (23,3%). Esta brecha evidencia las dificultades adicionales que enfrentan las madres solas, quienes no solo tienen menores ingresos promedio, sino que también deben asumir solas los costos y responsabilidades de la crianza.
Los hogares monoparentales encabezados por varones también enfrentan una carga elevada (39,8%), aunque menor que la de las mujeres monomarentales. Por su parte, las parejas del mismo sexo muestran un CRIA intermedio: los hogares con dos mujeres destinan un 28,2% de sus ingresos a la crianza, mientras que los de dos varones, un 19,9%.
Estas diferencias reflejan no solo variaciones en los ingresos promedio, sino también desigualdades en el acceso a redes de apoyo, en la distribución de las tareas de cuidado y en la estabilidad laboral y económica de cada tipo de hogar. En particular, la elevada presión económica sobre los hogares monomarentales resalta la necesidad de políticas públicas que reconozcan y acompañen esta realidad, para garantizar que todas las familias puedan sostener una crianza digna y sostenible.
CRIA según tipo de familia (2do T 2025)

Fuente: elaborado por Fundación Encuentro, en base a EPH y Canasta de Crianza (INDEC).
Conclusiones
El Coeficiente de Reproducción e Ingresos en Argentina (CRIA) mide cuánto del ingreso mensual disponible representa el costo de criar a un/a bebé de hasta un año. Es una herramienta que permite observar en qué condiciones materiales se sostiene la crianza y cómo varía según ingresos, género y tipo de hogar.
En el segundo trimestre de 2025, el CRIA general fue de 0,47, es decir, criar a un bebé demandó casi la mitad del ingreso mensual promedio. Para las mujeres, esta proporción alcanzó 0,56, mientras que para los varones fue de 0,40, reflejando la persistente brecha de ingresos de género.
La desigualdad es aún más marcada al analizar los deciles de ingreso: para el 10 % más pobre, criar a un bebé requirió 3,35 ingresos medios, mientras que para el 10 % más rico, el esfuerzo fue apenas 0,14, una diferencia de 24 veces entre los extremos.
El CRIA también evidencia la importancia de la composición familiar. Los hogares monomarentales enfrentan la mayor carga: criar demandó 56,4 % del ingreso promedio, más del doble que en parejas heterosexuales (23,3 %). Los hogares con dos mujeres alcanzaron 28,2 %, y los de dos varones 19,9 %, mostrando cómo la combinación de ingresos y responsabilidades de cuidado incide directamente en el esfuerzo económico de la crianza.
Referencias
Instituto Nacional de Estadística y Censos. (2020–2025). Base individual y hogar. Total aglomerados EPH y por aglomerado; total interior; y aglomerados de más y menos de 500.000 habitantes [Base de datos]. Incluye series trimestrales: 2020 (T1–T4), 2021 (T1–T4), 2022 (T1–T4), 2023 (T1–T4), 2024 (T1–T4) y 2025 (T1-T2). https://www.indec.gob.ar/indec/web/Institucional-Indec-BasesDeDatos-1
Instituto Nacional de Estadística y Censos. (2025). Canasta de crianza, por tramo de edad. Enero 2020-junio 2025 [Base de datos]. https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel4-Tema-4-43-17


