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Aunque se modera, continúa la demanda de dólares

Desde la famosa frase del ministro de economía Luis Caputo, que incentivaba la compra de divisas, se compraron alrededor de 10 mil dólares.


En agosto las personas humanas siguieron demandando dólares en el mercado único y libre de cambios, aunque con una intensidad algo menor a la de los meses previos. Las compras netas sumaron 3.450 millones de dólares, un volumen elevado en términos históricos, pero inferior a los picos excepcionales de junio y julio. La mayor parte correspondió a operaciones de billetes y divisas, que alcanzaron 3.538 millones, con la participación de alrededor de 1,5 millones de compradores frente a unas 840 mil personas que vendieron. Parte de esos dólares no se destinaron de manera inmediata a la formación de activos externos, sino que quedaron depositados en cuentas locales y luego se usaron para pagar consumos en el exterior.



Gráfico 1: Compras netas de billetes y divisas por personas humanas

En millones de USD

Fuente: Fundación Encuentro en base al Banco Central de la República Argentina (BCRA).



En paralelo, el déficit del comercio de servicios, impulsado por los gastos en turismo emisivo, se mantuvo en niveles altos y estables, en torno a 650 millones de dólares por mes en el último año.


Estos dos canales, la compra de divisas y el déficit de servicios, explican casi en su totalidad la presión que ejercen las personas humanas sobre el mercado de cambios.



Gráfico 2: Cuenta Corriente Cambiaria

En millones de USD

Fuente: Fundación Encuentro en base al Banco Central de la República Argentina (BCRA).


La magnitud de esa presión se aprecia con claridad cuando se la compara con distintas variables macroeconómicas. Durante los años de controles cambiarios, la demanda neta de dólares de las personas humanas promediaba apenas 0,2 puntos del PBI mensual. Tras la desregulación de abril, ese guarismo se multiplicó: trepó a 0,8 puntos en julio y se moderó a 0,5 en agosto. Si se lo mide contra las reservas internacionales, la relación pasó de 2% mensual con cepo a un máximo de 14% en julio, para descender luego al 9% en agosto. Y en relación con el stock de plazos fijos en pesos, el salto fue del 2% al 16% en julio, con una baja posterior al 10,4%.


Así, aun cuando agosto marcó una moderación respecto de los meses previos, la demanda de divisas de las personas humanas sigue en niveles que resultan difíciles de sostener para la economía. La lógica de depender de intervenciones puntuales, sintetizada en la frase de Caputo del 2 de julio “Comprá, no te la pierdas campeón”, refleja el carácter transitorio de estas soluciones frente a un problema estructural. El interrogante que queda abierto es si este comportamiento se estabilizará en torno a un nuevo equilibrio o si, por el contrario, continuará siendo un factor de tensión recurrente para las reservas y la estabilidad cambiaria. De ese equilibrio dependerá en gran medida la estabilidad cambiaria en los próximos meses.

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