

¿QUIÉN BUSCA TRABAJO? Las caras del desempleo en Argentina
Los datos del mercado laboral del primer trimestre de 2025 muestran los efectos del derrumbe económico que atravesó la Argentina durante el año pasado. En marzo se registraron, según el INDEC, 1,1 millón de personas desocupadas. Son 200 mil personas más que en diciembre de 2024 y 300 mil más que en diciembre de 2023.
¿Quiénes son? ¿Qué edad tienen? ¿De qué trabajaban antes de perder su empleo? ¿Qué rol cumplen en sus familias? ¿Desde cuándo buscan trabajo? Responder a estas preguntas es una forma de entender las consecuencias de la propuesta económica del Gobierno y de poner en contexto una recuperación que no llega a todos por igual. En este sentido, el análisis de los datos de trabajo del primer trimestre de 2025 arroja que:
La mitad de las personas desocupadas son jóvenes.
1 de cada 4 son mujeres menores de 30 años.
La desocupación en mujeres jóvenes alcanzó el 19,2%: el valor más alto desde el 2do trimestre de 2021.
El incremento de la desocupación se explica por el aumento en la tasa de las mujeres, quienes en 2023 registraron los niveles más bajos de desocupación en la historia.
1 de cada 4 personas desocupadas es jefa o jefe de hogar, lo que tiene un impacto directo sobre las dinámicas y los ingresos de las familias.
1 de cada 3 buscan trabajo hace más de un año.
Los sectores más golpeados son la construcción, el comercio y el trabajo doméstico, de donde proviene la mitad de los desocupados.
La desocupación es mayor en las ramas con mayores niveles de informalidad: 1 de cada 5 personas desocupadas venía de la construcción, y 1 de cada 7 del trabajo doméstico.
Aumenta también la desocupación entre trabajadores/as no asalariados/as, especialmente cuentapropistas.
La desocupación creció más en los aglomerados grandes (8,5%) que en los pequeños (5%), y fue más alta en el Gran Buenos Aires (9,1%) que en otras regiones como la Patagonia (4,9%) o el Noroeste (5,1%).
Las caras del
desempleo
en Argentina

Fuente: Elaboración en base a datos de 1T 2025 de EPH.
Mujeres y jóvenes, los más afectados
Una persona desocupada es, de acuerdo al INDEC, alguien que no tiene ocupación y está disponible para trabajar y busca activamente trabajo. 1 de cada 2 personas desocupadas tienen menos de 30 años. Si bien la proporción se mantuvo relativamente estable a lo largo de los últimos años, el aumento del desempleo total implica que cada vez hay más jóvenes sin trabajo.
Las mujeres jóvenes desocupadas pasaron de 211 mil a 297 mil entre diciembre de 2023 y marzo de 2025: 86 mil más. Los varones jóvenes desocupados aumentaron en casi 70.000, pasando de 230 mil a 298 mil. El total de jóvenes desocupados/as subió de alrededor de 438 mil a casi 600 mil, lo que representa un incremento del 35,7%.
Gráfico 1. Jóvenes desocupados según sexo. Frecuencias absolutas y participación en la población desocupada

Fuente: Fundación Encuentro en base a EPH.
Pero además del crecimiento en la participación de las mujeres jóvenes entre quienes buscan trabajo –que pasó de 22,6 % a 25,6 % en apenas un trimestre–, la tasa de desocupación en este grupo se disparó del 13,8 % al 19,2 %. Es un salto de casi 6 puntos en solo tres meses —dos puntos por mes—, alcanzando el nivel más alto desde el segundo trimestre de 2021, en pleno contexto de pandemia y con jardines, escuelas y espacios de cuidado aún restringidos en su funcionamiento.
Este incremento acompañó la tendencia general entre las mujeres, cuya tasa de desocupación subió más de 2 puntos porcentuales (de 6,9 % a 9,0 %). El aumento fue más del doble que entre los varones - donde la desocupación subió menos de 1 punto- y comparable con el alza registrada durante la pandemia. En suma, el crecimiento de la desocupación en 2025 se explica principalmente por las mujeres, y especialmente por las mujeres jóvenes. Ambos segmentos experimentaron en 2023 los niveles más bajos de desocupación de los que exista registro estadístico (6,1% las mujeres en total en el 4to trimestre y 13,4% las mujeres de menos de 30 años en el 3er trimestre).
Gráfico 2. Tasas de desempleo por sexo. Jóvenes y población total

Fuente: Fundación Encuentro en base a EPH.
Más jefes y jefas de hogar buscando trabajo, más tiempo de búsqueda
Si bien en el primer trimestre de 2025 la proporción de jefas y jefes de hogar entre las personas desocupadas descendió a 26,8 %, este valor sigue siendo significativamente más alto que los niveles registrados durante 2023. Tras el salto abrupto registrado en el primer trimestre de 2024 —cuando alcanzó un 32,5 %, es decir, uno de cada tres desocupados/as era jefe/a de hogar—, la participación de este grupo se mantuvo en valores persistentemente elevados durante el resto del año.
Este comportamiento marca un quiebre respecto de la dinámica previa y refleja el impacto de la contracción económica en los ingresos de los hogares: no sólo aumentó la desocupación, sino que afectó en mayor medida a quienes sostienen económicamente sus familias, profundizando situaciones de vulnerabilidad.
Gráfico 3. Porcentajes de jefes o jefas de hogar desempleados

Fuente: elaboración propia en base a EPH.
La duración de la búsqueda de empleo entre las personas desocupadas constituye un indicador clave para interpretar la dinámica del mercado laboral y analizar la persistencia del desempleo. Según los datos correspondientes al primer trimestre de 2025, aproximadamente uno de cada tres desocupados (32 %) lleva más de un año buscando trabajo, lo que evidencia la presencia de un núcleo significativo de desempleo de larga duración. En el otro extremo, un 16,3 % busca empleo desde hace menos de un mes, mientras que el 26 % lo hace desde hace entre uno y tres meses. Esta distribución temporal pone de manifiesto no solo las dificultades de reinserción laboral, sino también la segmentación interna del fenómeno, con una proporción considerable de personas afectadas por procesos extendidos de exclusión del empleo.
Ramas de actividad y zonas geográficas más afectadas
Los datos sobre el empleo previo de las personas actualmente desocupadas muestran una marcada concentración en tres sectores específicos: construcción (18,2 %), comercio (15,6 %) y servicio doméstico (14,6 %). En conjunto, estos sectores reúnen aproximadamente la mitad de los casos de desocupación, lo que pone de manifiesto su particular vulnerabilidad ante las variaciones del mercado laboral.
El 51,6 % restante de las personas desocupadas proviene de una amplia gama de actividades como “Industria manufacturera” (7,3% de los desocupados), “Actividades primarias”, “Hoteles y restaurantes”, “Transporte, almacenamiento y comunicaciones”, “Servicios financieros, de alquiler y empresariales”, “Administración pública, defensa y seguridad social”, “Enseñanza”, “Servicios sociales y de salud”, “Otros servicios comunitarios, sociales y personales” y “Otras ramas”.
Respecto a la última categoría ocupacional, 1 de cada 4 eran no asalariados, es decir, cuentapropistas. La participación de este segmento subió 3 puntos en sólo un trimestre.
Gráfico 4. Rama de actividad de la última ocupación

Fuente: Fundación Encuentro en base a EPH.
El análisis regional de la desocupación revela diferencias significativas según el tamaño de los aglomerados urbanos y la ubicación geográfica. La tasa de desocupación resultó más elevada en los aglomerados grandes, donde alcanzó el 8,5 %, en comparación con los aglomerados pequeños, cuya tasa fue del 5 %. Asimismo, el Gran Buenos Aires registró el nivel más alto de desocupación (9,1 %), superando ampliamente a otras regiones del país, como la Patagonia (4,9 %) y el Noroeste argentino (5,1 %). Estos datos evidencian una mayor incidencia del desempleo en los centros urbanos de mayor densidad poblacional, así como una heterogeneidad territorial en la dinámica del mercado laboral.
Conclusiones
Durante los últimos años, la pérdida de empleo registrado fue parcialmente compensada por estrategias individuales y familiares: autoempleo, changas, trabajos por plataformas, y sumas aportadas por otros miembros del hogar. Esa red informal funcionó como amortiguador social ante la caída del empleo. Esto es lo que ocurre comúnmente en las economías periféricas, con alta informalidad, y programas reducidos de apoyo o seguro de desocupación: la posibilidad de dejar de trabajar no existe, entonces quien se queda sin trabajo, en seguida debe recurrir al autoempleo, a hacer trabajos esporádicos, entre otras estrategias de supervivencia.
Ahora bien: los datos del primer trimestre de 2025 muestran que ese mecanismo de compensación empezó a saturarse. El crecimiento de la desocupación no solo es numérico: cambia de perfil. Aumenta la cantidad de personas que antes generaban ingresos por cuenta propia y que ahora salen activamente a buscar trabajo. Esto implica una presión creciente sobre un mercado que ya no los absorbe.
La composición del desempleo también es indicativa: la mitad son jóvenes, 1 de cada 4 son jefas o jefes de hogar, y 1 de cada 3 lleva más de un año buscando empleo. Los sectores más afectados son justamente aquellos de menor calificación y alta informalidad previa: construcción, comercio y trabajo doméstico. Además, la desocupación golpea más fuerte en las grandes ciudades y entre las mujeres jóvenes, cuya tasa escaló casi 6 puntos en apenas un trimestre.
Estos datos no reflejan solo una crisis transitoria. Lo que muestran es el debilitamiento de las estrategias que antes contenían la exclusión laboral, y el pasaje hacia una fase más cruda: el avance sostenido del desempleo abierto, de larga duración y de mayor impacto familiar. En este nuevo escenario, el mercado laboral deja de ser inestable para volverse directamente inaccesible para sectores crecientes de la población activa.
Si hasta hace poco la informalidad era el síntoma dominante de la precariedad, hoy empieza a ser reforzada por la desocupación. Esto nos obliga a repensar las respuestas no solo en clave de ingresos, sino también de capacidad de reinserción, política sectorial y estructura productiva, para reconstruir un tejido productivo moderno y con un crecimiento que incluya a todos los segmentos.
Referencias
INDEC. (2024, diciembre). Trabajo e ingresos. Mercado de trabajo. Tasas e indicadores socioeconómicos (EPH). Tercer trimestre de 2024 (Vol. 8, Nº 9). https://www.indec.gob.ar
INDEC. (2025, marzo). Trabajo e ingresos. Mercado de trabajo. Tasas e indicadores socioeconómicos (EPH). Cuarto trimestre de 2024 (Vol. 9, n.º 3). https://www.indec.gob.ar
INDEC. (2025, junio). Trabajo e ingresos. Mercado de trabajo. Tasas e indicadores socioeconómicos (EPH). Primer trimestre de 2025 (Vol. 9, n.º 6). https://www.indec.gob.ar